IRONMAN 70.3:
DEL 'SUPERFROG' AL 'HOME DE FERRO'

Medio es la mitad de algo. Y una mitad es algo incompleto, y a lo que, por tanto, le falta una buena parte. Pero si hablamos de triatlón, un ‘medio ironman’ no es precisamente poca cosa, por mucho que no sea el ‘entero’ que nació a finales de los años 70 en Hawai, poco menos que cómo una apuesta extravagante. Al fin y al cabo, aun reduciendo a la mitad la ‘locura’ que es un ‘ironman’, en el ‘medio’ estamos hablando de nadar mil novecientos metros, pedalear a continuación durante noventa kilómetros y rematar lo anterior corriendo una media maratón…¡de nuevo otra mitad de algo más grande, qué no por ello es desdeñable cómo desafío!

Así que, aunque sea ‘medio’, un ‘half ironman’ es lo suficientemente grande cómo para tener entidad propia. Porque no se trata de algo incompleto ni, desde luego, de una mitad pequeña y al alcance de cualquiera, si no de todo un reto que requiere su muy especial preparación. No es de extrañar, por tanto, que el primero que se celebró fuese idea de unos tipos tan duros cómo los NAVY SEALS, el cuerpo de élite especializado en operaciones especiales del ejército de Estados Unidos, cuyo lema ‘el único día fácil fue ayer’ habla bien claro de su gusto por buscar siempre el más difícil todavía. Allá por 1979, un buen número de militares de esta y otras unidades de las fuerzas armadas querían ir a Hawai para probarse a si mismos en el nuevo desafío que había lanzado, apenas un año, antes el comandante Collins. De hecho, su primer ganador, Gordon Haller, había sido oficial de comunicaciones de la marina, y el segundo clasificado, John Dunbar, era precisamente un miembro de los NAVY SEALS. Por ello, decidieron organizar una prueba que les sirviese de entrenamiento previo y en la que se cubriesen exactamente la mitad de las distancias del ‘ironman’ en cada uno de sus tres sectores, el de natación, el de ciclismo y el de carrera a pie. Así nació el ‘Super Frog’, que se disputa ininterrumpidamente desde entonces, siendo la prueba más antigua de especialidad, y que debe su nombre de animal anfibio a Sammy, el musculoso batracio de cómic, mascota de los hombres rana que forman parte de los SEALS.

Navy SEALs | "The Only Easy Day Was Yesterday"

Desde entonces, el ‘medio ironman’ ha ido creciendo en importancia hasta convertirse en una especialidad del triatlón con entidad propia aunque, dada la juventud del deporte que combina natación, ciclismo y atletismo, su historia aun sea corta. Tanto cómo para que el primer evento denominado oficialmente ‘Half Ironman’ se disputase ya en este siglo, concretamente en el año 2001, cuando tuvo lugar el primer ‘Half Ironman UK’ en Gran Bretaña. Y hubo que esperar hasta el 2006 para que la World Triatlón Corporation (WTC) organizase el primer campeonato del mundo de una distancia que, para entonces y desde hacía apenas doce meses, ya tenía nuevo nombre. El objetivo era quitarse de encima ese ‘medio’ que, para los no iniciados, podía sonar a la mitad de algo mayor y, por tanto, resultar menos importante. Por ello, en su lugar se eligió la denominación de ‘Ironman 70.3’, siendo la cifra que acompaña al nombre la suma, en millas, de las distancias recorridas a nado, en bicicleta y a pie.

Con esta nueva y más comercial marca, se lanzaron en el 2005 las primeras series mundiales de ‘Ironman 70.3’, disputadas sobre catorce pruebas y que sirvieron de fase clasificatoria para elegir a los mejores que tomarían parte en el primer Campeonato del Mundo, celebrado en la localidad estadounidense de Clearwater al año siguiente. Un selecto grupo de 50 hombres y 35 mujeres en la categoría profesional, entre los que el ganador absoluto fue el australiano Craig Alexander, que lograba entonces el que sería el primero de sus muy numerosos grandes éxitos internacionales, tanto en la media distancia cómo, posteriormente, en el ironman propiamente dicho, el que no necesita añadirle ningún número a su famoso nombre para que todo el mundo sepa de que se trata. El popular ‘Crowie’ repetiría título de 70.3 cinco años después, en el 2011, primero en el que se cambiaría de sede, pasando del muy plano trazado de Florida al más exigente de Henderson, cerca de Las Vegas. Un triunfo que precedía a su tercera victoria en Kona, con record incluido, apenas un mes después.

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Craig Alexander fue, en el 2006, el primer campeón del mundo de ‘Ironman 70.3’, título que volvió a lograr en el 2011 antes de ganar su tercer mundial Ironman en Kona estableciendo el record de la mítica prueba hawaiana.

La localidad de Nevada acogería dos ediciones más, las del 2012 y el 2013, ambas con el mismo triunfador, el germano Sebastien Kienle, que repetía la hazaña de ganar dos años consecutivos lograda por su compatriota Michael Raelert en 2009 y 2010, los dos últimos años de Clearwater, dónde también consiguieron títulos mundiales de 70.3, uno cada uno, el estadounidense Andy Potts, en el 2007, y el neozelandés Terenzo Bozzone, en el 2008.

Resumen del campeonato del mundo de IRONMAN 70.3 del 2013 (Henderson, USA)

En la temporada del 2014, el Campeonato del Mundo de Ironman 70.3 se disputó por primera vez fuera de los Estados Unidos, iniciando además un nuevo planteamiento, con visita a un país diferente cada año. El primero de ellos fue Canadá, en Mont Tremblant, lugar de larga tradición en las competiciones automovilísticas y en el que a Kienle le sucedió en el palmarés el español Javier Gómez Noya. El triatleta gallego, plata en la distancia olímpica dos años antes en Londres, y campeón mundial ITU por cuarta vez esa misma campaña, se impuso al medalla de oro en los Juegos de Pekín en el 2008, Jan Frodemo. Tanto el gallego cómo el germano se habían estrenado en las distancias más largas apenas unos meses antes, en lo que sería un cambio definitivo para Frodemo, mientras que Noya seguiría alternando con éxito las pruebas olímpicas con las de 70.3 en las siguientes temporadas.

Resumen del campeonato del mundo de IRONMAN 70.3 del 2014 (Mont Tremblant, Canadá)

Un año más tarde, en el mundial celebrado a finales de agosto del 2015 en Austria, los dos volverían a encontrarse en el podio, esta vez con Frodemo en lo más alto y Noya en tercer lugar, intercalándose entre ambos el ya dos veces campeón Kienle.

Resumen del campeonato del mundo de IRONMAN 70.3 del 2015 (Zell See-Kaprun, Austria)

El germano repetiría subcampeonato en el 2016, en la prueba celebrada en la ‘Sunshine Coast’ australiana, una de las mecas del triatlón que vería triunfar a uno de los suyos, Timothy Reed.

Entrevista a Tim Reed, campeón del mundo Ironman 70.3 del 2016

Y así llegamos a la edición de este año del 2017, disputada el pasado fin de semana en Chattanooga, que ha supuesto el retorno a Estados Unidos del mundial de 70.3 después de tres años fuera del país sede de sus primeras ocho ediciones. La pequeña y coqueta localidad de Tennessee es famosa sobre todo por la pegadiza canción de Glenn Miller que lleva su nombre ‘Chattanooga Choo Choo’.

Chattanooga Choo Choo - Glenn Miller

Chattanooga está situada al borde del río que da nombre al estado al que pertenece y junto a los montes Apalaches, se la conoce cómo ‘the scenic city’ por los paisajes de su entorno y, fiel a su tradición en los deportes y las actividades al aire libre, acogió con entusiasmo una competición que, por primera vez, celebró en dos días diferentes las pruebas para hombres y mujeres.

Vídeo de presentación del campeonato del mundo de Ironman 70.3 del 2017 en Chattanooga

Para los aficionados españoles tenía especial aliciente la prueba de la categoría masculina, celebrada el domingo y en la que Javier Gómez Noya podía lograr su segundo título mundial en la distancia. El gallego, en plena transición hacia el Ironman ‘puro’, que pronto será su principal objetivo, ha seguido alternando con indudable éxito el ‘medio’ con el ‘olímpico’ desde su reaparición tras el desafortunado accidente que le dejó sin poder luchar por el oro en los juegos de Río. Pero indudablemente, su principal objetivo este año era el 70.3, cómo paso previo a centrarse ya a partir de la próxima temporada más en las largas distancias, con el mundial de Kona en el horizonte cómo meta soñada.

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Vista general de Chattanooga

Noya llegaba mejor preparado que nunca pero no por ello lo iba a tener fácil. En Chattanooga se daban cita los mejores después de ganarse el puesto en el cada vez más amplio número de pruebas clasificatorias, que ha ido creciendo de las catorce incluidas en las series mundiales del 2006 a las más de cien de esta última temporada. En todo caso, el español era el máximo favorito, hasta el punto de que en el previo de la web oficial del certamen la primera frase en el análisis de la carrera masculina era breve, concisa y concreta: ‘En resumen, Javier Goméz (ESP) va a ganar’.

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Salida del mundial de Ironman 70.3 2017

Aun así, dispuestos a batir al sensacional triatleta gallego y romper ese pronóstico, se lanzaban a las frías aguas del río Tenesee, entre otros, el australiano Tim Reed, decidido a defender el título logrado en casa el año pasado, el alemán Sebastien Kienle, dos veces campeón (y otras tantas subcampeón) de la distancia, el británico Tim Don, recordman mundial del ironman ‘completo’, o el estadounidense Ben Kanute, con la motivación especial de defender los colores locales en el regreso del mundial de 70.3 a su país de origen.

Y precisamente Kanute era el que tomaba la iniciativa nada más empezar el sector de natación, cuya primera parte se realizaba contra la corriente del río para que los competidores empezasen ya a tener una primera muestra de la dureza del recorrido. Sólo Noya se atrevía a seguir el ritmo del joven y explosivo triatleta de Illinois, mientras el resto cedían terreno (o, mejor dicho, agua) prácticamente de inmediato. Los dos salían del agua algo más de veinticuatro minutos después, separados por apenas cinco segundos y con un margen cercano al minuto respecto al siguiente, el británico Don, primero de los especialistas en larga distancia, que se habían visto superados con claridad en el envite inicial por los procedentes de las pruebas más cortas.

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Kanute y Noya tomaron ventaja en el sector de natación

A continuación llegaba un sector de bicicleta que, de nuevo, al igual que el de natación, comenzaba por lo más difícil, una empinada ascensión a ‘Lookout Mountain’, lugar de magníficas vistas dada su elevada situación, presidiendo el valle en el que se encuentra Chattanooga. Unas vistas de las que difícilmente podían disfrutar los triatletas, concentrados en el esfuerzo extra que suponía adaptar su musculatura al cambio de ejercicio, de nadar a pedalear, teniendo que hacerlo, además, sobre una carrera que presentaba duras rampas en su parte inicial, a medida que se alejaba de la población y se internaba en el bosque para, a continuación, emprender camino de la vuelta con una zona de descenso seguida de un terreno ya con menos desniveles y más líneas rectas.

Vídeo mostrando el recorrido del sector de bicicleta

En la ascensión de la primera parte del recorrido, Kanute redoblaba su apuesta, decidido a irse solo en cabeza. Y Noya, tras intentar seguirle tan de cerca cómo en el agua, pronto veía que eso era imposible y decidía seguir a su ritmo, aconsejado por sus sensaciones y las preocupantes cifras de watios de su pulsómetro. El español era alcanzado y superado por varios de sus perseguidores, entre los que, cómo es habitual cuando se trata de dar pedales, destacaba el germano Kienle, que pronto recuperaba tiempo y terreno. El bicampeón del mundo era el más rápido de todos en los 90 kilómetros de bicicleta, que cubría en menos de dos horas ocho, a más de 40 kilómetros por hora de media. Pero Kanute, que había salido del agua más de cuatro minutos antes, sólo estaba sobre la bici veinticinco segundos más, lo que le permitía dejar su montura en la última transición e iniciar la carrera a pie todavía con un amplio margen de más de tres minutos y medio.

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Kienle era una vez más el más rápido sobre la bici

A algo más de cinco minutos del estadounidense entraba Noya en la transición, unos segundos por detrás del cerrado grupo perseguidor encabezado por Kienle y en el que también estaban sus compatriotas Clavel y Dreitz, el australiano Appleton, el británico Don, el belga Heemeryck, los locales Von Berg y Chrabot y el triatleta de Bermudas Butterfield. A todos ellos superaba el gallego poco menos que en un abrir y cerrar de ojos en los primeros kilómetros de carrera, en los que Noya parecía volar sobre el asfalto de las calles de Chattanooga. En apenas 4000 metros, el español ya era segundo, en solitario, y la diferencia respecto al líder se derretía cómo lo poco que pudiese quedar de nieve en las cercanas Apalaches ante el inclemente sol que calentaba la zona.

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Javier Gómez Noya cruzando el puente sobre el río Tenesee poco antes de alcanzar a Kanute

Al llegar al puente por el que los corredores cruzaban el caudaloso río Tenesee, el contraste entre el paso más bien cansino del líder, Kanute, y las firmes y poderosas zancadas de su perseguidor, Noya, no podía ser más acusado. Casi daba la sensación de que su vistosa estructura metálica azul vibraba con cada firme pisada del español, convertido en uno de esos titanes que dan nombre al equipo de fútbol americano de Tenesee, y que esa onda se transmitía de inmediato a su rival, debilitándolo a medida que le llegaban con más intensidad por venir desde cada vez más cerca. Poco después, ya al otro lado del río y cuando apenas se habían superado la mitad de los algo más de 21 kilómetros de carrera, Noya daba caza a Kanute y, de inmediato, lo dejaba atrás justo cuando ambos pasaban al lado de un gran deposito azul, adornado con un saludo de ‘buenos días Chattanooga’. Ahí Noya también saludaba, pero el suyo era un ‘adios’ a su rival, que nada podía hacer para seguirle. En apenas 12 kilómetros, el gallego le había recuperado casi cinco minutos, en los algo más de once que aun quedaban le sacaría casi uno y medio más.

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Javier Gómez Noya entra en meta en la primera posición del mundial Ironman 70.3 del 2017

Pero no era Kanute el único que no podía correr tan deprisa cómo Noya. Ninguno del resto era tampoco capaz de acercarse a su endemoniado ritmo de poco más de 3’20 por kilómetro. Pese a los esfuerzos del que acababa siendo más fuerte de todos ellos, Tim Don, ni siquiera lograban arrebatarle al estadounidense la segunda plaza y tenían que conformarse por pelear con la tercera. La suerte de la carrera estaba echada. Cómo había pronosticado el cronista de ironman.com, Javier Gómez iba a ganar. El triatleta gallego tenía tiempo de sobra para disfrutar de los últimos metros, chocando palmas con los espectadores, y entraba en meta en solitario, brazos en alto, para proclamarse campeón del mundo de ironman 70.3 por segunda vez.

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El podio final, con Kanute en la segunda plaza y el británico Don en tercera posición

El gran objetivo del año ya estaba conseguido. El primer paso hacía el ironman sin apellidos numéricos, el genuino, el que llevó a los tipos duros del NAVY SEALS a inventar el durísimo media distancia cómo aperitivo de preparación, ya estaba dado. Ahora, sin unos Juegos Olímpicos en el horizonte, cómo tras el título del 2014, lo que le espera a Noya en el futuro es el sueño de todo triatleta, ganar en Kona. Y, visto lo visto hasta ahora en la trayectoria de este auténtico ‘home de ferro’ gallego, sin duda uno de los deportistas españoles más destacados de todos los tiempos, me atrevo a ser tan taxativo cómo el cronista americano. No sé si será ya el año próximo o si habrá que esperar algo más… pero ‘Javier Gómez Noya va a ganar en Hawai’… ¡dicho queda!

La retransmisión completa del mundial de Ironman 70.3 del 2017

MÁS INFORMACIÓN:

Chattanooga Cheat Sheet: The Pro Race.– previo de Michael Lovato sobre el mundial masculino del 2017

Javier Gomez of Spain took the men's race today in Chattanooga in convincing style.– crónica de Jennifer Ward sobre el mundial masculino del 2017

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