FISIOTERAPIA:
LAS FRACTURAS DE ESTRÉS

Hoy vamos a hablar sobre las fracturas de estrés, lesión que no es de las más frecuentes pero que siempre está asociada a deportes de larga duración y es por ello por lo que vemos lesiones de este tipo en maratonianos.

Una fractura de estrés se produce por pequeños impactos repetidos durante un número muy elevado de veces, lo que llamamos técnicamente microtraumatismos de repetición. Estos microimpactos generan una destrucción del tejido óseo que en un momento determinado supera la capacidad de reparación que tiene nuestro organismo, por lo que el hueso acaba fracturando.

Aunque siempre debemos tener en cuenta factores metabólicos del paciente, como osteoporosis, mala alimentación, etc., las principales causas por las que podemos sufrir una fractura de este tipo son un incremento exponencial y desproporcionado de la carga de actividad con una mala recuperación, superficies muy duras que absorban el impacto de manera insuficiente, un calzado inapropiado o problemas en la pisada que nos lleven a un mal reparto de las cargas en nuestras articulaciones y provoquen un exceso de carga en una zona determinada.

Las zonas donde más frecuentemente pueden aparecer estas lesiones son el astrágalo, la tibia, el 5º metatarsiano y el sacro.

Debemos de sospechar de una lesión de este tipo por la aparición de un dolor muy intenso, que nos incapacita para poder salir a entrenar y al que suele acompañar inflamación en la zona y mucha sensibilidad dolorosa a la palpación.

El tratamiento puede variar en función del hueso afectado. Por ejemplo, en el 5º meta hay casos que acaban en quirófano. Como norma general, el tratamiento consiste en reposo, control médico por pruebas de imagen, corrección del calzado y la pisada, mejora de la técnica de carrera y de la programación de entrenamiento y Fisioterapia, donde realizamos un tratamiento de magnetoterapia para acelerar la consolidación de la fractura y ejercicios de fortalecimiento de la musculatura de la zona afectada.

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