ENTRENAMIENTO:
EVALUACIÓN INICIAL DEL ATLETA

Empezamos comprobando un poco las estructuras del atleta. Lo que se pretende es que cuando se acabe el entrenamiento los únicos problemas hayan sido los derivados del cansancio propio de las sesiones pero se haya podido soportar el trabajo, que al final es el objetivo de todo entrenamiento: ser capaces de enlazar entrenamientos y que todo sea muy consistente, muy continuado. Esta es, sobre todo, la base en pruebas de larga distancia: la consistencia en el entrenamiento. Nada importa que seamos capaces de correr un día a la semana 30 kilómetros si luego no podemos hacer nada el resto de los días. Lo importante es la consistencia. Cuando la gente viene y nos dice que tiene poco tiempo para entrenar, les decimos que lo importante es que cada día sean capaces de tener un poquito para que el cúmulo de los días dé el resultado que otros pueden conseguir con menos días pero con más volumen cada vez.

Entonces, el primer día de entrenamiento lo que hacemos son una serie de tests funcionales, que no dejan de ser ver un poco como se mueve el atleta. Aunque lleve años corriendo, queremos ver como es la calidad del movimiento. Cuando vemos correr a un deportista de élite, visualmente nos parece atractiva su facilidad para moverse, la impresión de que no tiene que hacer ningún esfuerzo… Sin embargo, aunque no tengas el ojo entrenado, en el momento en el que ves un movimiento ejecutado con una limitación, por algún problema o por alguna debilidad o por lo que sea, te das cuenta de que algo chirría. Te dices, no sé lo que pasa pero algo no va bien. Y ese algo que no va bien viene de que el cuerpo es un gran compensador, no podemos dejar de movernos. Esto nos viene de que si nos dejábamos de mover nos devoraba un depredador. Entonces, si algo duele o algo está mal hay que compensarlo, colocarse por otro lado y hacer que otro grupo muscular u otra estructura haga el trabajo que no se está pudiendo hacer.

Esta serie de tests que hacemos el primer día sirven para ver un poco como se mueve el atleta y que debilidades puede tener a nivel estructural. En el caso del entrenamiento que hemos empezado con el presentador de nuestro programa, Miguel Collado, vimos que se daba un patrón que se repetía, cada vez que hacía algún tests de repente se le iban los pies hacia fuera, era lo que más llamaba la atención. Y charlando con él nos decía que tenía molestias en abductores, lo cual no es algo que sea casual. Si se tiene una predominancia de rotadores externos de cadera, algo se está haciendo a la hora de correr que se va a ver. A Miguel, en cuanto corre rápido le duelen los abductores. No es casualidad. A otra persona le dolerá otra parte del cuerpo muy relacionada con eso y normalmente es por lo que se dice siempre: la cadena se rompe por el eslabón más débil.

¿Qué hacer con esto? Pues dentro del entrenamiento no se trata sólo de trabajar lo que es, digamos, el motor. Hay que tener también el cuerpo preparado para ello. Dentro del entrenamiento que debería de hacer todo el mundo hay que dedicar un poco de tiempo a prepararse para soportar lo que es el entrenamiento. Correr es fácil, pero estar preparado para correr durante un tiempo, y que eso sea saludable, es un poco más complicado. Entonces, para detectar esos problemas hay profesionales del entrenamiento, de la fisioterapia, que están capacitados para verlos antes de que ocurran y poder, puestos en manos de un preparador, planificar, junto con las cualidades fisiológicas del atleta, lo que necesita para correr, por ejemplo, un maratón, y planificar también ese trabajo compensatorio de fortalecimiento para que durante esa preparación del maratón no haya lesiones y, por tanto, no haya necesidad de parar y de echar por tierra el trabajo que tanto tiempo y esfuerzo cuesta a la mayoría de la gente que lo hace un poco por hobby.

El siguiente paso será empezar ya a tratar un poco el ‘motor’ y empezar a andar, de momento hemos estado sólo en los preparatorios.

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